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mayo 27, 2010

¿Cómo ser mejor enfermero?: Cuidando desde una perspectiva fenomenológica

¿Dónde estamos?



Dada la insistencia en creer que enfermería desciende de la medicina, nos hemos permitido dominar por el paradigma dominante en las ciencias biomédicas, el positivismo. Sin embargo es claro que enfermería es una disciplina mucho más compleja que eso, ya que requiere una visión mucho más amplia de lo que consiste el ser humano, y su objeto primario de estudio: el cuidado.
Desgraciadamente en el pregrado se nos enseña muy poco –o casi nada- acerca del paradigma interpretativo. Nuestro currículo está dominado por positivismo de antaño, y no se nos invita a acercarnos a las nuevas tendencias de la investigación internacional en enfermería.
Estamos entrando a ésta era de la división de paradigmas que las ciencias sociales han enfrentado desde hace décadas, por que al mismo tiempo, hemos decidido reconocernos cómo una ciencia humana y no biomédica. Sin embargo, paralelamente existe un esfuerzo de “colonizar” a la “enfermería profesional” con el lenguaje NANDA-NIC-NOC. Estandarizar planes de cuidados, estandarizar respuestas humanas e intervenciones de enfermería. Estandarizar. Homogeneizar. Universalizar. Converger. Son las palabras que se leen en los textos que apoyan a la taxonomía colonialista y que nos arrebatan la libertad de pensar libremente, y de analizar nuestro fenómeno a estudiar.

Enfermería adoptando otras perspectivas del cuidado

Enfermería también abarca otras perspectivas, siendo una de ellas la de estar siendo con el otro, o sea, comprender a la persona en su situación de estar enfermo, en su dimensión humana. La enfermedad tal como es vivida por las personas presenta dos aspectos: uno de naturaleza estructural formal que permite entenderla tal como es ella, en ella misma, en cualquier espacio y tiempo; y otro de naturaleza material o de contenido, que expresa la situación existencial concreta del ser enfermo. Esta condición existencial aparece en su corporeidad, y también por medio del lenguaje, de su vida socio-económica y cultural y que se encuentra vinculada a la historicidad propia en el modo de ser de cada persona que se encuentra enferma.
Los profesionales de enfermería al interactuar con la persona que se encuentra enferma, deben priorizar en sus acciones y valores respetando sus sentimientos y comprometiéndose con el bienestar de quien recibe el cuidado. Con eso pueden establecer una relación más auténtica, siendo con el otro, buscando nuevos significados a partir de lo que es vivenciado por la persona que se encuentra enferma. Dado que la enfermería involucra "gente que cuida de gente" y resalta la importancia de la intersubjetividad en las relaciones humanas, se aproxima a la fenomenología existencial representada por M. Heidegger.
Heidegger enfatiza el cuidado como una condición existencial – un modo de ser en el mundo. El cuidar es fuente del propio Ser, de modo que la esencia del hombre es ser cuidador de sí. El sentido del cuidar inserta la manifestación del Ser como un modo de cuidar propio del existir, pues dando apertura para que el otro se transforme es que el hombre puede transformar el propio ser en búsqueda de su esencia. Al cuidar de una persona se deben propiciar condiciones para que ella se pueda manifestar como Ser. Ese modo de ser incluye que el cuidador posibilite a la persona apertura de su presencia a partir del propio ser. Con esa postura el cuidador amplía su mirada para ver las cosas del modo como ellas se muestran.

“Cuidar de” VS “Cuidar con”

Tenemos dos perspectivas. “Cuidar de”, que refleja el paradigma biomédico en el que nosotros tenemos jerarquía hacia el paciente, y “Cuidar con”, que significa posibilitar a la persona asumir sus propios caminos, crecer, madurar, encontrarse consigo mismo. Por medio de estas vivencias el ser enfermero junto con el Ser persona que se encuentra enfermo, pueden trascender los desafíos de ser con los otros en el mundo. De este modo la real existencia del ser enfermero sólo se expresa en el ser con la persona que se encuentra enferma, en la coexistencia para ser el vivir saludable con los otros y con el mundo.

¿Cómo ser mejor enfermero?



Para actuar de modo fenomenológico el enfermero debe valorar la subjetividad y la intersubjetividad. Esto implica que el acto de cuidar se presenta articulado a la relación interpersonal, o sea, agregando acciones de cuidado en enfermería, comprometiéndose con el otro.
Cuidar es inseparable de la comprensión y como comprensión debe ser simétrica: oyendo al otro, oyéndonos a nosotros mismos, cuidando del otro y cuidando de nosotros mismos. El enfermero debe desarrollar habilidades para oír y responder a las expectativas de quien cuida considerando su individualidad. Por otro lado, es necesario considerar que el propio acto de confortar es inherente al proceso de cuidar, tiene valor para quien cuida y para quien es cuidado, debiendo ofrecer a ambos la oportunidad de crecimiento.
El enfermero no es un ser acabado y tiene mucho que aprender y desarrollar en varias áreas del conocimiento. Debe ejercitar la humildad, la tolerancia, la paciencia, la solidaridad, la disponibilidad, la reciprocidad, el coraje, la confianza, la responsabilidad, la acción-reflexión-acción y la ciudadanía, y así transformar su práctica con conciencia.

mayo 23, 2010

"ENFERMERÍA CENTRADA EN LA ENFERMERA” VS “ENFEMERÍA CENTRADA EN EL PACIENTE”. UNA APROXIMACIÓN AL MODELO BASADO EN LOS SIGNIFICADOS DEL PACIENTE


Basado en la ponencia de Clara Valverde, enfermera/formadora en el IV Congreso Nacional de Enfermería Sociosanitaria, Mayo 2008



Enfermería no es solamente una profesión de hacer, solucionar o arreglar. También es una profesión de estar, observarse a una misma y al otro, reflexionar, pensar, acompañar, conectarse. No es una cuestión de tiempo.
Es una cuestión de en el mismo tiempo, pensar y verse de otra manera, pensar y ver al paciente de otra manera.




En enfermería trabajamos con seres humanos y con los temas que eso conlleva: sufrimiento, significados, contradicciones y paradojas. Pero debido al enfoque economicista del sistema sanitario, a las condiciones de trabajo de los profesionales de enfermería y a la falta de formación de éstos en lo relacional y en la narrativa, en estos momentos tiende a existir una "enfermería centrada en el profesional de enfermería". En este tipo de enfermería se ha creado una situación un tanto complicada y absurda, en la cual los cuidados están centrados en lo que hacen y en lo que necesitan los profesionales de enfermería y los médicos. La enfermedad, sus interpretaciones y sus significados, están vistos desde el punto de vista de los profesionales y no desde los que viven esa experiencia en sus vidas. Frases y pensamientos por parte de enfermería que ponen en evidencia esta "enfermería basada en el profesional de enfermería" incluyen: "El paciente me da trabajo", "El buen paciente/el mal paciente", "Si el paciente no me respeta, yo no le voy a mostrar empatía", "Es un pesado, hiperfrecuentador, etc", "Lo que usted tiene que hacer es...".
Esta tendencia de la "enfermería centrada en el profesional de enfermería" difícilmente puede cambiar con los modelos existentes. Hay, en estos momentos, una serie de modelos de enfermería disponibles que son muy interesantes, pero el problema es que, aunque son útiles para recordar tareas, no son realmente ontologías (teorías del ser). Estos modelos aportan algunos aspectos interesantes (las "Necesidades" de Virginia Henderson, y los de Orem y Abdallah; la "Interacción" de Peplau, de Orlando, y de King; los "Efectos Deseables" de Callista Roy, de Johnson, y de Neuman; el "Ser Unitario" de Rogers, de Parse y de Newman; el "Caring" de Jean Watson, y de Madeleine Leininger) pero no son lo más útil para abordar la presentación del sufrimiento humano que "el Otro" evoca en sus múltiples formas.




Estos modelos muestran los aspectos incompletos del enfermo (aspectos llamados "necesidades", "fases", "falta de voluntad" o "efectos deseables") pero no su poder. Y una persona enferma o discapacitada es una persona completa, con una narrativa intacta, si las condiciones en la relación terapéutica le dan el espacio generoso y empático para que pueda organizarse de una manera narrativa.

Necesitamos cuestionar los modelos existentes. Necesitamos cuestionar la jerarquía de significados que estos modelos imponen, en los cuales la incertidumbre del paciente, la incertidumbre del profesional de enfermería, y toda incertidumbre que está en el centro de la experiencia humana, no se tienen en cuenta, y de esa manera las posibilidades existenciales se pierden.
Hay una gran necesidad, en estos momentos, de que el pensamiento enfermero reconozca las limitaciones que impone sobre nuestra imaginación la enfermería basada en la "evidencia", no porque estemos en contra de la ciencia, sino porque en el modelo actual cartesiano de dualidad cuerpo-mente no nos hacemos las grandes preguntas sobre lo que es ser un ser humano y cuál es su experiencia de la enfermedad. El proceso de la enfermedad no es, en realidad, la interpretación mecanicista de lo que ocurre en el cuerpo. Es un país, una cultura en sí, es la experiencia que tiene el paciente de la interacción entre los diferentes sistemas y los procesos de su cuerpo y de cómo la enfermedad afecta sus significados, su narrativa, sus acciones y sus interacciones con otros, incluido el profesional de enfermería.

En los modelos de enfermería existentes no hay espacio para el que vive la enfermedad con todos sus significados personales y culturales, ni los profesionales de enfermería están formados en cómo pensar desde una perspectiva compleja. Hasta ahora, el sistema sanitario ha fomentado un pensamiento simplista, con la falsa promesa, entre otras, de tener control, pretendiendo que se puede evitar la incertidumbre y el desorden que, sin embargo, son necesarios para crear, con el paciente, un mapa de la enfermedad que no sea sólo en dos dimensiones.

La Comunicación Terapéutica (Relación de Ayuda, Counselling), no es “hacer” algo al paciente, es una manera de pensar y de ver del profesional de enfermería.
Ante las preguntas que se hace el enfermero: “¿qué digo?, ¿qué hago”, la respuesta es cambiar esas preguntas por: “¿cómo veo al paciente?” “¿cómo veo esta situación?” “¿estoy pensando de una manera social o terapéutica?”
Es necesario pensar terapéuticamente para conseguir lo “mínimo” que es el gran objetivo de enfermería: transmitir al paciente que oímos su sufrimiento, que nos importa, que no está sólo.


El MODELO BASADO EN LOS SIGNIFICADOS DEL PACIENTE de Clara Valverde se resume en:

1. Pensar de una manera terapéutica
2.Ver la narrativa del paciente como el material clave
3. Averiguar, escuchar y oír los significados del paciente.

Entre sus referencias claves se encuentran Levinas, Heidegger, Ricoeur, Patricia Benner, Gadamer, Derrida, entre otros.

PENSAR DE UNA MANERA TERAPÉUTICA
Se trata de saber diferenciar y reconocer (en nuestros cuerpos y mentes) entre el pensamiento social y el terapéutico, saber reconocer cuando proyectamos, y reconocer la intensidad (en nuestra voz, en nuestro cuerpo) que indica que estamos pensando socialmente (juzgando, etiquetando y rechazando al paciente o intentado “salvarle”, reconocer cuando nos estamos poniendo en el centro de la relación con pensamientos sociales como: “no confía en mí” “se enfada comigo” y analizar y repensar la situación:- “estoy trabajando en una relación terapéutica”- “¿cómo veo al paciente y su situación?”- “¿por qué juzgo su manera de expresar su malestar?”- “¿qué me pasa a mí para estar alterada?”

LA NARRATIVA DEL PACIENTE COMO EL TERRITORIO COMÚN.
Para adaptarse al cambio, el paciente necesita contar su historia una y otra vez. Si escuchamos con empatía, aunque sea unos segundos, facilitamos la construcción de la narrativa del paciente que le ayudará a dar sentido y valor a su experiencia
¿CÓMO ESCUCHAR?
Sentarse, aunque sea 60 segundosb. Abandonar la “lucha de narrativas”. La narrativa del paciente es la que contiene el material necesariod. Lo que dice y cómo lo dicee. No es una cuestión de tiempo: una frase dice todo
¿QUÉ ESCUCHAMOS?
Escuchamos su experiencia de la enfermedad. Escuchamos y somos testigos empáticos de quién es él o ella ahora con esta situación y cómo va cambiando su auto-definición. Escuchamos cómo le afecta la enfermedad a su auto-definición, relaciones, emociones, realidades, qué opina de lo que le ofrece el sistema sanitario: diagnóstico, tratamientos, cuidados
¿PARA QUÉ?
Para crear una relación terapéutica realmente ética, para que el paciente sea dueño de su proceso, para que el paciente encuentre un nuevo sentido a su vida con la enfermedad y para que se pueda adaptar, para que el paciente pueda pedir lo que necesita de nosotros, y sobre todo, para que nosotros nos podamos sentir más tranquilos y orgullosos con nuestro trabajo.


En resumen; para llevar a cabo una “Enfermería basada en los significados del paciente” es necesario creer al paciente: su verdad, sus significados; y también creer en nosotras: creer que unos segundos de conectar con el paciente, le ayuda.

mayo 21, 2010

Dependencia Emocional Problema de la Sociedad Mexicana Actual


Primero que nada este es mi primer escrito para el blog de Somos Enfermería. Siempre me ha gustado manejar temas de Psiquiatría- Psicología con un énfasis en que las heridas de la mente y del alma son más difíciles de sanar que las heridas físicas; de igual forma resalto que un papel muy importante del personal de enfermería es precisamente ese, el apoyo y ayuda psicológica que muchas veces doctores, familiares y uno que otro enfermero son incapaces de aportar al paciente.

Hoy les hablare de un tema controversial, un tema que últimamente está sonando en todos lados- y no solo hablamos de tiempos modernos- … La dependencia emocional y el papel que la sociedad mexicana juega para que este problema psiquiátrico aparezca.
Las enfermedades psiquiátricas son males que existen desde siempre, son males que han acompañado a la sociedad en su evolución- destrucción. La dependencia emocional ha sido manejada por millones de medios de comunicación; libros de autoayuda, programas de televisión, conversaciones casuales, pero en el medio científico y médico la dependencia emocional no se encuentra como un constructo de la personalidad, sin embargo existen conceptos que comparten características parecidas que nos ayudan a conocer, investigar y comprender este fenómeno.
“Fuente Obtenida Literalmente de Aqui

Apego ansioso

En sus trabajos, J.Bowlby describe un tipo especial de apego infantil, en el que el niño tiene un miedo constante a la separación de una figura vinculada (por ejemplo, la madre), protesta enormemente cuando se aleja y se aferra a ella de una manera excesiva. Como su propio nombre indica, el vínculo que mantienen estos niños no es seguro, y esto produce en ellos un continuo estado de alerta ante la temida separación y desprotección. Según el citado autor, la explicación radica en que estos miedos son justificados a causa de la frecuente historia de separaciones como internamientos en orfanatos, hospitalizaciones, etc.; o bien de amenazas recurrentes de abandono, que como bien describe Bowlby pueden revestir infinidad de formas: desde llevar al niño a un castillo plagado de monstruos, hasta dejarlo solo en un lugar desconocido, por poner únicamente dos ejemplos.

El apego ansioso o ansiedad de separación se ha relacionado con psicopatologías adultas como la depresión y la agorafobia e indirectamente con el comportamiento violento o antisocial.
Las similitudes de este concepto con la dependencia emocional son evidentes; de hecho, en ésta se presentan los tres subcomponentes fundamentales del apego ansioso: temor a la pérdida de la figura vinculada, búsqueda de proximidad, y protesta por la separación.

La diferencia entre el apego ansioso y la dependencia emocional se basa en el enfoque excesivamente conductual del primero, es decir, en que en su conceptualización los fenómenos del apego y de la separación están minusvalorados afectivamente. De hecho, las referencias explícitas a las emociones se producen cuando se describe la reacción ante un apego exitoso (bienestar, alegría) o uno frustrado (ansiedad, tristeza o ira), por lo que se echa en falta una mayor relevancia del componente afectivo del vínculo. Bowlby otorga una importancia excesiva a una separación puntual o al recuerdo de amenazas de abandono, y sin duda la tienen, pero sólo si son un aspecto más de unas relaciones familiares perturbadas o insatisfactorias. Autores como M.Rutter han expuesto muy acertadamente que lo patógeno no es en sí una separación temporal, sino la pérdida de vínculos afectivos creados, y mucho más cuando no hay oportunidad para crear otros nuevos o se producen situaciones de indefensión (peligros, soledad, entorno desconocido). El mencionado autor llegó a la conclusión fundada empíricamente de que tanto las experiencias repetidas de desamparo como la deficiente calidad de la relación previa podían ser por sí mismas determinantes de la ansiedad de que se produzca una separación, y por tanto del apego ansioso posterior. Esto explicaría las diferencias individuales en las reacciones ante la separación, observadas por el propio Bowlby.

El enfoque etológico propugnado por este autor puede haber influido en esta perspectiva puramente observacional de acontecimientos y reacciones manifiestas, minusvalorando los sentimientos subyacentes. La finalidad evolutiva de la conducta de apego, según el citado autor, sería la del cuidado de la progenie y protección contra los peligros, resultando suficiente para el niño la cercanía de un adulto -siempre y cuando no tenga expectativas negativas al respecto, como sucede cuando se han producido de hecho separaciones o amenazas-. En el presente trabajo se sostiene que el vínculo afectivo presenta una segunda finalidad biológica aparte de proporcionar seguridad, y es la de relacionar emocionalmente a los individuos con el propósito de lograr una organización social cohesionada, y es esta finalidad la que está directamente relacionada con la dependencia emocional. Aquí la necesidad insatisfecha no es la de protección y cuidado, única invocada en la teoría del apego, sino la de afecto, y así lo demandan explícitamente las personas que sufren de carencias emocionales. Las figuras vinculadas no son sólo “bases seguras”.

En definitiva, nos encontramos con que los dependientes emocionales siempre presentan apego ansioso, pero lo contrario no es cierto, porque la ansiedad de separación se puede dar también por otros motivos como la indefensión o la falta de capacidades para desenvolverse en la vida cotidiana, como por ejemplo se produce en las personas diagnosticadas de trastorno de la personalidad por dependencia.

Sociotropía

Desde hace tiempo se ha observado que existen dos grandes tipos de estilos cognitivos en los pacientes deprimidos: uno de ellos centrado en la dependencia interpersonal, la necesidad imperiosa de afecto, o el temor y la sobrevaloración del rechazo; el otro más independiente y perfeccionista, con rumiaciones sobre el fracaso o la inutilidad. Al primero de los estilos cognitivos se le denominó “sociotropía” y al segundo “autonomía”, pasando después a considerarse como rasgos de personalidad predisponentes a la depresión, que interactuaban con eventos vitales que los pacientes percibían como estresantes de acuerdo con sus creencias y que poseían perfiles sintomatológicos diferentes En la sociotropía, los acontecimientos desencadenantes estarían más ligados al rechazo, y en la autonomía a los logros personales Podemos afirmar que la sociotropía ha tenido más aceptación y evidencia empírica favorable que la autonomía, encontrándose en este constructo hallazgos contradictorios sobre su validez.

Sin duda, la sociotropía es uno de los conceptos más parecidos al que estamos estudiando en el presente trabajo. Los lamentos y las creencias subyacentes en un caso de depresión sociotrópica son fieles exponentes del sufrimiento que puede llegar a padecer un dependiente emocional, hasta el punto que podemos hablar de conceptos solapados. No obstante, para cumplir con nuestro objetivo de situar a la dependencia emocional donde le corresponde, no podemos considerarla únicamente como un rasgo de personalidad que predispone a la depresión. Un concepto que ha de tener relevancia propia no debe estar subordinado a otro; sería como concebir a la evitación solamente como un rasgo que predispone a padecer ciertos trastornos de ansiedad. Situar un rasgo de personalidad en la perspectiva de la depresión trae como consecuencia descuidar su existencia en pacientes asintomáticos, al margen de que el término “dependencia emocional” sea mucho más adecuado que el de “sociotropía” para dar cuenta de los componentes fundamentales de necesidad y anhelo subyacentes.

Personalidad autodestructiva

Desde el psicoanálisis clásico se ha venido estudiando un tipo llamativo de carácter, en el que aparentemente se busca el dolor y se niega la experimentación de sensaciones agradables o placenteras. Desde su denominación original de “masoquista”, esta personalidad ha pasado a convertirse en “autodestructiva”, con tal de eliminar la supuesta necesidad de castigo o el placer en el dolor que se habían sugerido como hipótesis etiológicas desde la tradición psicodinámica. Actualmente este concepto se considera como un trastorno de la personalidad, caracterizado por: mantenimiento de relaciones interpersonales de subordinación; rechazo de ayuda o elogios; estado de ánimo disfórico y/o ansioso; minusvaloración de los logros; tendencia a emparejarse con personas explotadoras; escasa evitación del dolor; asunción del papel de víctima; etc.. Además, poseen escasas habilidades sociales como la asertividad tienden a padecer trastornos depresivos su autoestima es muy baja(, y apenas experimentan placer en sus vidas.De acuerdo con el presente trabajo, se ha relacionado la personalidad autodestructiva con la sociotropía y con apegos ansiosos.

El componente más afín de este concepto con la dependencia emocional es, sin duda, el interpersonal. La descripción de las relaciones de sumisión que llevan a cabo, el anhelo por preservarlas a cualquier coste, o el emparejamiento con personas narcisistas y explotadoras, son también la esencia de la dependencia emocional, que, ciertamente, es autodestructiva. Otros rasgos son también comunes, como el estado de ánimo disfórico o la pobre autoestima. No obstante, existen otros componentes como la escasa evitación del dolor, el rechazo de ayuda, o los comportamientos autopunitivos y de “sabotaje interno”, que no son propios del concepto objeto del presente estudio.

Pero la diferencia más fundamental, que se expone a continuación, es de perspectiva. Se han postulado numerosas hipótesis para explicar este comportamiento, desde las psicoanalíticas tradicionales sobre la génesis del masoquismo, hasta otras más modernas de diversa procedencia teórica. Desde el conductismo se ha afirmado que el comportamiento autodestructivo pudo haber sido reforzado con cuidados y atención en la historia de estos sujetos, pero se ha encontrado que es más bien todo lo contrario: cuando estas personas estaban enfermas recibían una mayor desatención, inconsistencia y falta de cariño. Las hipótesis psicodinámicas más actuales giran en torno a la psicología del self (utilizaremos “self” en lugar de “sí-mismo”) y se fundamentan en la necesidad crónicamente insatisfecha de simbiosis con determinadas personas –objetos del self-, a efectos de reafirmar la autoestima. En el capítulo dedicado a las hipótesis etiológicas nos detendremos en esta interesante propuesta. Desde un punto de vista más ecléctico que integrador, Millon y Davis especulan que los masoquistas -utilizando su terminología- persisten en las situaciones de sufrimiento para acostumbrarse mejor al dolor, expían sus culpas por deseos no reconocidos, y asocian el sometimiento con la aceptación.

Como podemos observar, muchas de las hipótesis parten del supuesto de que estos sujetos son masoquistas (es decir, gozan del dolor) o por lo menos “autodestructivos”, término que continúa recordándonos su procedencia psicoanalítica y que sigue teniendo connotaciones peyorativas, como la de inculpar a la víctima. Como veremos más adelante, desde este trabajo se proponen hipótesis etiológicas de naturaleza bastante diferente, quizá más cercanas a las provenientes de la psicología del self, y que se centran más en las graves carencias emocionales y en el mantenimiento de pautas relacionales patogénicas como la idealización excesiva, la subordinación a la persona encumbrada o la continua autoanulación para congraciarse con ella.

Los dependientes emocionales no tienen como fin autodestruirse, y ni mucho menos gozan del dolor, sino que tienen una autoestima deficiente, un sentimiento continuo de soledad y una insaciable necesidad de afecto que les conducen a emparejarse con personas explotadoras, que les maltratan y no les corresponden. Ésta es la diferencia fundamental con la personalidad autodestructiva.

Codependencia

Este concepto, un tanto confuso, se creó para dar cuenta de las diversas perturbaciones emocionales que ocurrían en las parejas de personas con trastornos relacionados con sustancias. Aunque no se puede definir claramente un patrón de personalidad codependiente, sí existen ciertas características identificativas de estas personas: se obsesionan y preocupan más del trastorno relacionado con sustancias –generalmente alcoholismo y toxicomanías- que la propia persona que lo padece, con la consiguiente necesidad de control de su comportamiento; presentan una gran comorbilidad con trastornos del eje I; se descuidan o autoanulan; tienen baja autoconfianza y autoestima; y se involucran continuamente en relaciones de pareja dañinas y abusivas.

Aparentemente, los paralelismos con la dependencia emocional son incuestionables: baja autoestima, subordinación, desarrollo de relaciones interpersonales destructivas, temor al abandono, o falta de límites del ego. No obstante, analizando más en profundidad este concepto, surgen algunas discrepancias. La primera es de perspectiva, y es que la codependencia está condicionada por otra persona, generalmente un alcohólico o un toxicómano, aunque también se haya extrapolado este concepto a otras situaciones como la convivencia con enfermos crónicos. Los dependientes emocionales no están vinculados necesariamente con personas que sufran enfermedades o condiciones estresantes crónicas como las mencionadas, e incluso pueden estar solos. El concepto de codependencia se sitúa en la perspectiva de los trastornos relacionados con sustancias.

La segunda diferencia es de contenido. Aunque, como hemos dicho, no podemos configurar un patrón homogéneo de la personalidad de los codependientes, sí es frecuente en ellos la autoanulación para entregarse y cuidar a la persona con problemas. Ciertamente, un dependiente emocional puede realizar los mismos actos, pero con una diferencia notable de fondo: lo hará únicamente para asegurarse la preservación de la relación, y no por esa continua entrega y preocupación por el otro que caracteriza a los codependientes. Podríamos calificar a los codependientes como abnegados, siendo sus motivos altruistas aun con una desatención patológica hacia sus propias necesidades; estando el dependiente emocional en el caso opuesto, centrado únicamente en sus gigantescas demandas emocionales. Cuidar y entregarse sería un fin para el codependiente, y sólo un medio para el dependiente emocional. En todo caso, al no tratarse de una diferencia lo suficientemente manifiesta, muchos dependientes emocionales emparejados con personas alcohólicas o toxicómanas habrán sido calificados como “codependientes”, motivo por el cual se incluye este concepto en la revisión de términos afines.
Adicción al amor

Conceptualmente, podemos equiparar la adicción amorosa con la dependencia emocional. Se trata de una de las nuevas “adicciones sin sustancias”, aunque es posiblemente tan antigua como el propio ser humano. Algunos trabajos han estudiado este fenómeno comparándolo con el modelo tradicional de los trastornos relacionados con sustancia encontrando numerosas coincidencias que han justificado su denominación de “adicción”: necesidad irresistible (“craving”) de tener pareja y de estar con ella; priorización de la persona objeto de la adicción con respecto a cualquier otra actividad; preocupación constante por acceder a ella en caso de no encontrarse presente (“dependencia”); sufrimiento que puede ser devastador en caso de ruptura (“abstinencia”), con episodios depresivos o ansiosos, pérdida aún mayor de autoestima, hostilidad, sensación de fracaso, etc.; y utilización de la adicción para compensar necesidades psicológicas.

Como hemos dicho, la equivalencia de contenido con la dependencia emocional es total. No podemos afirmar lo mismo en el caso de la perspectiva de ambos conceptos, y es que en la adicción amorosa el punto de vista se focaliza en las relaciones interpersonales, es decir, en la existencia de una dependencia real hacia un objeto de adicción: la pareja. En este momento reiteramos lo expuesto en la revisión de la codependencia, y es que el dependiente emocional no necesariamente tiene que estar involucrado en una relación para serlo. Podemos clarificar esta matización manifestando que el dependiente emocional puede estar “asintomático” -entendiendo la adicción como el síntoma- pero por supuesto continuar siéndolo, y que sólo se convertirá en un adicto al amor cuando esté involucrado en una de sus numerosas relaciones destructivas. Esta diferencia de perspectiva es fundamental, porque si se nos presenta en la consulta una persona con tendencia a ser “adicta al amor” pero que actualmente se encuentra sola, quizá pensemos que nos baste con una prevención de recaídas dentro de un planteamiento cognitivo-conductual (por otra parte, totalmente indicado para cualquier otra adicción con o sin sustancias); mientras que si entendemos al paciente como a un dependiente emocional, enfocaremos la intervención en la comprensión y reestructuración de su personalidad, utilizando técnicas interpersonales, psicodinámicas, o de reestructuración cognitiva sobre sus creencias nucleares.

No cabe duda de que estos conceptos se solapan en gran medida con la dependencia emocional y entre ellos mismos, pero en ningún caso podemos afirmar que sean sinónimos o totalmente equivalentes. Se han detallado las diferencias existentes con el propósito de delimitar el concepto objeto del presente estudio, matizando si éstas eran de contenido (comportamiento derrotista y búsqueda del dolor -personalidad autodestructiva-, abnegación –codependencia-) o de perspectiva de estudio (subordinación a trastornos depresivos –sociotropía-, influencia de determinados presupuestos etiológicos y connotaciones peyorativas del término –personalidad autodestructiva-, enfoque prioritariamente conductual –apego ansioso- o existencia imprescindible de otra persona, sea dependiente de sustancias u objeto de adicción –codependencia y adicción amorosa respectivamente-).

Siendo estos conceptos importantes y necesarios, en el presente trabajo se señala la necesidad de la creación de uno específico para la dependencia emocional, que nos proporcione a los profesionales de la salud mental un adecuado marco de referencia para la comprensión y tratamiento de este fenómeno psicopatológico.

Una vez definido las diferentes facetas de la dependencia emocional podemos ver como la sociedad mexicana es mucha más vulnerable a procesos de este tipo; pongamos sobre la mesa situaciones cotidianas de la vida promedio de un mexicano o mexicana.

La típica pareja joven con inestabilidad emocional, la maduración acelerada por un embarazo en la adolescencia, el maltrato de pareja, la violencia física, la constante supresión de la mujer, la poca relación entre padres e hijos, los conceptos de amor generados por la televisión, la infidelidad, el alcoholismo, la drogadicción, los terrores infantiles; y la lista podría seguir…
La sociedad mexicana podría decirse que es un factor de riesgo para la aparición de miles de patologías ya sean crónico- degenerativas o psiquiátricas. Es necesario poner énfasis en aquellos factores de riesgo y atacarlos de una vez. Hay que darse cuenta que si muchos de los problemas nacionales fueran solucionados, muchos de los males patológicos serian completamente erradicados.

Les contaré la historia de un conocido, pepe era un niño de unos 8 años de edad para ese entonces, el siempre ha sido una persona muy extrovertida como cualquier niño tenía sed de exploración, curiosidad innata; cierto día se perdió en un centro comercial lo que generó un fuerte susto para él y su madre, que era la figura de seguridad que tenía en esa época, su padre alcohólico y un poco fuerte de carácter decidió aislarlo de los peligros del mundo; la sobreprotección de los padres generaron en el niño una fuerte inseguridad y una dificultad para tomar decisiones; En una pelea entre sus papas, el padre incrustó un golpe a su madre en el estomago por el cual la figura protectora del niño fue maltratada y por lo mismo un resentimiento por el padre creció en el niño; un año más tarde el miedo de la separación con su madre se apoderó del niño aislándolo socialmente y generando una depresión infantil.

14 años después ese niño sufre por lo acontecido en el pasado, ahora mismo sufre de una dependencia emocional, un síndrome de dependencia y una adicción al amor. Si en el pasado los padres hubieran tenido la información al alcance de sus manos, tal vez su hijo no estuviera en la situación de hoy, sufriendo y cargando con un dolor tan insoportable en el alma…

En la próxima entrega… Factores de riesgo en la dependencia emocional…

mayo 18, 2010

LA REALIDAD DE SER PASANTE DE ENFERMERÍA EN UN PROGRAMA FEDERAL...



Después de dos semanas de vacaciones, llego a mi servicio –Urgencias- con el ánimo renovado y las pilas cargadas para trabajar. Pero ¡oh sorpresa! Todo está sucio y las cosas fuera de su lugar… Bueno, no importa, -pensé-. Es sólo cuestión de cambiar las sabanas… y escorar un poco aquí y un poco allá. Voy a la ropería y resulta que… No hay sábanas. Bueno, improvisaremos por mientras volteando la que tenía del lado en donde no parece estar tan sucio. Y cómo es lógico después de haber tocado esa sábana sucia, decido lavarme las manos antes de comenzar a ver pacientes, pero no hay agua. Bueno, hasta ahora no parece haber mayor problema, sólo tengo que encender la bomba, esperar a que haya un poco de agua, y lavar ese instrumental sucio que dejaron ahí desde hace varios días. Ya lavado el instrumental, me dispongo a desinfectarlo, pero no hay Cloruro de Benzalconio… Así que bueno, usaré cloro, sólo trataré de no pasarme para no dañarlo. Una vez envuelto, tengo que esterilizarlo. Bien, tenemos un autoclave desde hace seís meses, pero solo funciona con agua bidestilada que nunca nos surtieron, así que no me sirve para nada, y sigo esterilizando a vapor en una olla express, cómo esas en la que se hacen tamales. Acomodo todo y… no puedo prender la parrila… ¡¡¡No hay gas!!! Ok… Aquí empiezo a frustrarme un poco. Había olvidado lo difícil que era improvisar cada 5 minutos. Me estoy oxidando un poco –pensé-.
Trato de sobrellevar las cosas, así que es mejor si comienzo a hacer curaciones. Y de nuevo… NO HAY GUANTES…. Bueno… creo que aún quedan unas pinzas estériles. Eso servirá… Termino de lavar la herida con isodine.. y necesito agua inyectable, o solución fisiológica…. Y… TAMPOCO HAY!!… Aquí de verdad comienzo a estresarme. Tengo que lavar esa herida con mi propia agua purificada que llevé para tomar. Quiero cubrirla, PERO NO HAY VENDAS, ni tela adhesiva, por lo que tengo que taparla con venda de huata –la que sirve para hacer férulas- y pegarla con cinta testigo.
Después entra una joven mamá con su pequeño hijo de dos años, para que le ponga una inyección de Vancomicina recetada por quien sabe que mal doctor, para tratarle una faringitis vulgar que muy probablemente sea viral y nisiquiera necesite antibiótico. Hago bilis, es verdad, y aun en contra de mi voluntad, termino aceptando aplicarla sólo por que tiene una receta y por que no puedo negar el servicio. Pero.. no tenemos torundas, y tampoco tenemos alcohol. Así que tomé una gasa con alcohol-gel para hacer la asepsia antes de inyectar.
Tercer paciente. Un niño de 12 años con presunta calentura. Se que debo tomarle la temperatura, pero NO TENEMOS TERMÓMETROS.
Cuarto paciente, un probable hipertenso que acude a un control de T.A. Pero NO TENEMOS ESFINGOMANÓMETRO.
Quinto paciente. Una ama de casa cocinando se hace una herida profunda en el pulgar, es necesario suturarla. Pero: 1. NO TENEMOS SUTURAS. 2. NO TENGO INSTRUMENTAL ESTÉRIL POR QUE COMO YA DIJE ANTES, NO HAY GAS.
Sexto paciente: una pediátrica de 4 meses y medio de edad, con deshidratación moderada que amerita plan B de hidratación después de 8 evacuaciones líquidas en un período de 3 horas aproximadamente. PERO NO TENEMOS VIDA SUERO ORAL, NI AGUA PURIFICADA. Yo tenía un sobre de electrolitos orales en mi bolsa, así que lo saco, y conseguimos por ahí un litro de agua. La bebé comienza a tomarlo…. Pero no toleró ni 10ml antes de comenzar a vomitar. Al no tolerar VO procederíamos a instaurar hidratación por vía intravenosa. Pero cómo han de suponer a estas alturas, No tenemos NI SOLUCIONES PARENTERALES NI MUCHO MENOS, EQUIPOS DE VENOCLISIS…….
Y bueno, podría seguir enlistando las carencias que tenemos. Es verdad que a todo le podemos ver el lado positivo… pero yo sigo intentándolo. Es así cómo transcurren los días en una unidad de campo, cuando menos, hasta que sea fin de bimestre y por fin llegue el pedido, el cual, nunca llega completo y por supuesto, tampoco puntual.

mayo 17, 2010

Apróximadamente, muere una mujer cada minuto. Desigualdad de género y Muerte materna.


Al comienzo del tercer milenio, alrededor de uno de cada diez mexicanos es indígena. Ésta es la población que se encuentra en las peores condiciones de pobreza y marginación del país, con los mayores rezagos en materia de educación, salud y acceso a los servicios. En las zonas indígenas gran parte de las muertes de adultos y niños se deben a enfermedades prevenibles y se asocian a con altos índices de desnutrición. Si tomamos uno de los principales indicadores de las condiciones de salud reproductiva – las muertes maternas- resulta que las mujeres indígenas tienen tasas tres veces más altas – en algunos casos más- que la tasa nacional. Este panorama de carencias tan agravantes no solo no se resuelve sino que incluso tiende a agravarse en la medida en que se profundiza el deterioro de las condiciones de vida en el campo. Pero a pesar de que son condiciones que deberían recibir atención prioritaria, es extraordinaria la falta de información sobre ellas. Todo esto en un contexto en el que los esfuerzos públicos están dirigidos a que sean las mujeres las responsables de prevenir embarazos no deseados, las infecciones de transmisión sexual (ITS), el VIH-SIDA y hasta la violencia doméstica, lo cual, en primera instancia parece ser correcto, porque responsabiliza a las mujeres como sujetos capaces de decidir sobre su cuerpo, su salud y su sexualidad, pero al mismo tiempo diluye la responsabilidad de los hombres en todos estos hechos.
Así, la mortalidad materna es más prevalente entre las mujeres pobres y menos educadas - cómo es de esperarse- Más de 90% de defunciones maternas anuales ocurren en los países en desarrollo y es la principal causa de muerte en mujeres en edad reproductiva (15-49 años de edad) en estos países -incluido México-. Las mujeres pobres tienen acceso limitado a atención médica e información apropiada, y aún más, las largas distancias hacia los establecimientos de salud y la falta de recursos limitan su búsqueda de servicios y el ejercicio de su derecho a la atención de salud reproductiva (SR)
El acceso a y el uso de los servicios de SR- como anticoncepción y atención en el parto por personal de salud calificado constituyen determinantes fundamentales de la mortalidad materna e infantil. Las mujeres enfrentan obstáculos en el uso de anticonceptivos, en buscar consejería sobre planificación familiar, o en decidir cuántos, cuando, y el espaciamiento de niños, debido al control de sus esposos, parejas, familia, y sociedad. Además, hablar de sexualidad y temas de salud reproductiva sigue siendo tabú en muchas sociedades y, debido a ello, las mujeres y las niñas no se apropian de su identidad fisiológica.

La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son el fundamento para lograr que las madres y niños gocen de salud. La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en salud significa que las mujeres y los hombres tienen la misma capacidad de ejercer su derecho a la salud y desarrollar su potencial para estar sanos, contribuir a y tener control de su desarrollo saludable, beneficiarse de los adelantos médicos y tecnológicos que benefician su salud, tomar decisiones sobre sus necesidades y atención de salud, y participar en la toma de decisiones que afecta su salud y la de sus hijos. Sin embargo, en un medio en el que no contamos aun con estrategias eficaces para abordar las normas sociales y estereotipos persistentes de género, para educar tanto a las mujeres como a los hombres sobre sus derechos a la salud, y sin políticas que faciliten el empoderamiento de las mujeres para ejercer estos derechos, la mortalidad materna seguirá contribuyendo a la muerte de aproximadamente una mujer cada minuto en el mundo.


mayo 15, 2010

La aventura del estudiante en las prácticas hospitalarias


Todos lo que han pasado o están pasando por el campo práctico de cualquier asignatura hospitalaria, puedo asegurar que han vivido experiencias tipo reallity show de supervivencia humana, puesto que para todo lo que fuimos instruidos, orientados y atosigados durante un semestre, es tachado como obsoleto o poco práctico por el personal que supervisa nuestro desempeño como estudiantes. Es célebre entre las enfermeras de base la frase: "Si te lo enseñaron así en la escuela, no se hace de esa manera aquí" obviamente como estudiantes estamos obligados (bueno, en teoría no, pero estoy hablando de casos reales) a adaptarnos al medio en el que nos desempeñamos, así que la mayoría de nosotros opta por hacer las cosas como se acostumbra en el servicio, por su puesto esto te ayuda muchísimo: las técnicas aplicadas por esas grandiosas enfermeras con años de experiencia son totalmente prácticas ¡Claro! Son sencillas y breves, pero con un pequeño inconveniente: no respetan reglas de asepsia, antisepsia e incluso violan reglas de seguridad personal; aplicando este tipo de "modificación" logramos (en la mayoría de los casos) ser aceptados por el personal y hasta cierto punto tener cierto respeto por el cual nos "honran" con responsabilidades que algunas veces de acuerdo a nuestro nivel curricular no se supone que debamos llevar a cabo pero, lo hacemos con gusto. Todo va bien en nuestras prácticas hasta que un día sin avisar llega la supervisión escolar y ¡Oh cielos! No solamente no estás realizando las técnicas como la teoría supone, sino que nos hemos adelantado a nuestro nivel. Al detectar esto el supervisor decide brindarte de nuevo (y por octava vez en el semestre) orientación; después de treinta minutos de ese sermón que conoces de pies a cabeza, el supervisor recuerda que tiene más trabajo y decide irse. Molesta (o), triste o frustrada (o), recuerdas que a fin de cuentas quien califica tu desempeño, es aquella enfermera que reconoce tus capacidades, tanto que ha dejado el servicio completo en tus manos, ella seguramente te otorgara la calificación que realmente merece tu desempeño y continuas haciendo el trabajo (el tuyo, el de la enfermera general, el de la auxiliar y a veces hasta el del médico interno) con toda la felicidad, paciencia y amor que merece el paciente.


Después de 2 semanas haciéndote cargo del servicio entero, con toda la emoción del mundo entregas las hojas de verificación del campo practico, con la esperanza de que la enfermera se tome la molestia de escribir en las observaciones que hiciste más de lo que suponía el programa, que fuiste excelente… Y en ese momento se dirige a ti diciendo: "Esto nunca lo hiciste, esto tampoco, esto menos, ah y te falta iniciativa" a lo que respondes "pe-pero lo hice y lo hice muchas veces mientras usted llenaba algunos papeles (comía) en el archivo" "¿sí? ¿Y quién lo vio? ¿Yo? Yo no lo vi… así que solamente te voy a calificar esto y aquello y lo demás, pues que te lo califique el supervisor con un examen oral"


Aun con los pies adoloridos y el orgullo entre las piernas dejas el servicio con la cabeza en alto, pues, aunque la calificación no lo refleje tu desempeño fue excelente y la satisfacción personal es suficiente para poder decir que tu campo práctico fue un éxito.

mayo 14, 2010

VI CONGRESO DEL C.P.E.Y: SERVIR A LA COMUNIDAD Y GARANTIZAR LA CALIDAD: LAS ENFERMERAS A LA VANGUARDIA DE LOS CUIDADOS DE LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS.

EL COLEGIO DE PROFESIONALES DE ENFERMERÍA DE YUCATÁN, A.C. INVITA AL VI CONGRESO DEL C.P.E.Y:



"SERVIR A LA COMUNIDAD Y GARANTIZAR LA CALIDAD: LAS ENFERMERAS A LA VANGUARDIA DE LOS CUIDADOS DE LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS"



SE LLEVARÁ A CABO LOS PRÓXIMOS 25 Y 26 DE JUNIO DE 2010 EN EL AUDITORIO "FLORENCIA NIGHTINGALE" DE LA ESCUELA DE ENFERMERÍA DEL IMSS, MISMA QUE SE ENCUENTRA UBICADA EN LA CALLE 50 S/N X 11ª Y AVENIDA 7 DEL FRACCIONAMIENTO RESIDENCIAL PENSIONES



CUOTA DE INSCRIPCIÓN:



INFORMES:

MCE Patricia del Socorro Pérez Sólis
Paty.perez.del@gmail.com


L.E. Cilvia Guadalupe Pool Baas
Coordinación de Educación en Enfermería
Hospital Regional Mérida del ISSTE

Enf. Rosa Juana Rodriguez Sosa
Hospital Regional no. 1 IMSS. Turno Nocturno Cirugía
Juanis_reyna@hotmail.com

E.E. Isidoro Rodriguez Paullada
Hospital Regional no.1 IMSS Turno Vespertino UCI



MÉRIDA, YUCATÁN, MÉXICO.

mayo 13, 2010

DÍA DE "LA ENFERMERA" : ¿6 DE ENERO O 12 DE MAYO?


Pues en este marco del día internacional de enfermería, no faltó el comentario de aquel compañero que mencionara “¿Qué no lo festejamos en enero?”

Bueno, si, en México –y sólo en México- celebramos el 6 de enero cómo día de la enfermera. Hay diferentes versiones del por qué el 12 de mayo nos vale madre. Una de ellas es, que en 1931 el Dr. José Castro Villagrana, quien era en ese entonces el director del Hospital Juárez de México, estableció el 6 de enero ya que la presencia de las enfermeras era como un “regalo de reyes” para los pacientes.

Sin embargo, Francisco Cadena Santos, Master en Enfermería, quien ha investigado por más de catorce meses la historia de la enfermería en México expone que las razones son otras. En 1938 se llevó a cabo la primera convención nacional de enfermeras, misma que se efectuó precisamente un 6 de enero, en la cual se propuso y se aceptó de manera unánime, festejar cada 6 de enero el Día de la Enfermera en México.

Por otro lado, en el ámbito internacional, tenemos al 12 de mayo cómo el Día Internacional de Enfermería, cómo aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, considerada por muchos cómo la “fundadora de la enfermería moderna”.

Hay algunos estados en México que han luchado por cambiar el Día de la Enfermera y se ha logrado como es el caso de Nuevo León y Chihuahua, aunque en el sector salud, las instituciones lo conmemoran el mismo 6 de Enero, y no son muchos los enfermeros que identifican el 12 de mayo como una fecha especial.

Cómo dato general, cada año el Consejo Internacional de Enfermeras distribuye una carpeta con información referente al tema que abordan anualmente. Este año fue “Servir a la comunidad y garantizar la calidad : Las enfermeras en la vanguardia de los cuidados de las enfermedades crónicas.”
Si le dan click
aqui pueden ver el video mensaje que da David C Benton, director del consejo, por el día internacional de enfermería 2010. Y si le dan aquí, obtendrán la carpeta informativa, por supuesto en español. El contenido de la carpeta de este año, incluyendo la imagen del póster, son documentos afichados para el uso de enfermer@s, asociaciones, ministerios de salud e instituciones de salud. Este material ya ha sido distribuido a las asociaciones nacionales de enfermer@s en todo el mundo. Y finalmente, sí le dan click aqui, encontrarán todas las carpetas de los años anteriores hasta el 2002.
Bueno, ¿qué vale la pena de todo esto? Recordarle al mundo lo imprescindibles que somos, cuando menos una vez al año, pero sabernos así siempre, estar orgullosos de lo que hacemos y de lo que somos, por que no es fácil, nos desempeñamos en un ambiente en el que luchamos todos los días contra la carencia de un sector salud cada vez mas decadente, en donde hace falta de todo menos pacientes. Trabajamos con lo que tenemos, aunque a veces sean solo nuestras manos y nuestro cerebro. Nos las arreglamos para "improvisar" ante la falta de material, de personal, de tiempo, de un sueldo digno, de condiciones laborales satisfactorias, en donde todavía hay médicos que se piensan capataces, y que en su ignorancia prefieren alzarse el ego y cometer una iatrogenia antes que aceptar la opinión de un enfermero, y peor aun, de un estudiante de enfermería....

Aquí estamos otra vez!!

Después de una ausencia muy prolongada por dificultades técnicas -por llamarle de alguna forma- intentaremos retomar este espacio que por lo que veo, ha sido blanco de varios comentarios tanto positivos cómo negativos.
Al revisar los e mails después de tantísimo tiempo me ha dado mucho gusto encontrar de todo. Desde personas que nos ofrecen trabajo, lo cual me ha parecido una excelente idea, hacer de este espacio una especie de bolsa de trabajo, hasta saludos, comentarios, preguntas, invitaciones a seminarios virtuales, solicitudes de libros y revistas -los cuales no distribuimos- jajaja y algo que me llamó mucho la atención fue el siguiente video del cual nos enviaron el link y creo que es buena idea compartir con todos.




Nos leemos pronto...