Pages

enero 10, 2011

Invitación del Col·legi Oficial d’Infermeria de Barcelona: Debate on-line entre los profesionales enfermeros


El Col·legi Oficial d’Infermeria de Barcelona (COIB) pondrá en marcha el 24 de enero y hasta el 4 de marzo un forum virtual en Internet para que todas las enfermeras y enfermeros que trabajan en el ejercicio libre de la profesión puedan expresar sus opiniones, necesidades y hacer propuestas de actuación a la corporación profesional.

El objetivo de esta acción es detectar el nombre de profesionales que forman parte de este colectivo, enfermeras emprendedoras que trabajan de manera autónoma ofreciendo servicios tales como consultas enfermeras, educación y consejos de salud, técnicas relacionadas con las terapias naturales y complementarias, curas a domicilio y a las empresas, entre otras.

¿Qué les preocupa a las enfermeras que trabajan en este ámbito? ¿En qué entorno y en qué situación ejercen? ¿Cómo afrontan su futuro inmediato y cuáles son sus expectativas a medio y largo plazo? ¿Cómo puede ayudarles el Col·legi para mejorar su carrera profesional?

A través de este forum virtual, al que se podrá acceder desde la dirección www.dedatcoibexercicilliure.com, a partir del 24 de enero . Las enfermeras que trabajan en el ejercicio libre podrán expresar sus opiniones, intercambiar experiencias con otras compañeras y abrir un canal de comunicación directo con la corporación profesional.

El COIB, preocupado por la situación de estas enfermeras, ha puesto en marcha este debate en Internet para conocer con más detalle la realidad de este colectivo y así llevar a cabo nuevas acciones, después de que el pasado mes de mayo presentase un estudio que, por primera vez en España, analizaba esta situación.

Este estudio, encargado por el COIB a las enfermeras, doctoras en sociología y profesoras de la Universidad de Barcelona (UB) Carmen Domínguez y Anna Ramió, esta última docente también de la Escuela de Enfermería de Sant Joan de Déu, destaca que este práctica es aún minoritaria e invisible.

Después de analizar las conclusiones del estudio, el Col·legi también puso en marcha la asesoría de ejercicio libre de la profesión enfermera, con la finalidad de atender y ofrecer orientación profesional a las profesionales que trabajan en esta modalidad de la práctica profesional.

Con este nuevo debate virtual, que finalizará el próximo 5 de diciembre, el Col·legi abre un instrumento de dinamización que no sólo permitirá ayudar la situación de estas enfermeras, sino también a tomar, en el futuro, decisiones estratégicas para responder a sus necesidades.

El Col·legi Oficial d’Infermeria de Barcelona nos invita y espera nuestra participación.

enero 09, 2011

LA RUEDA DE LA VIDA





Para mi Maestra Elvia Calderón




Es muy importante que hagan lo que de verdad les importe…
Sólo así podrán bendecir la vida cuando la muerte esté cerca
Elisabeth Kubler-Ross

Tuve una maestra de Tanatología excelente. Y muy buena persona también. No lo digo por que haya sostenido una entrañable amistad desde el inicio de mis días en la escuela de enfermería, ni por que haya sido mi consejera y mi amiga todos esos años, si no porque se dio cuenta de la situación por la que pasaba en esos días, y me mandó a leer un libro sobre suicido crónico el cual me puso de frente a mi misma y me obligó a reconocer mi pulsión autodestructiva. En esos días, también la oí mencionar muchas veces, a manera de recomendación y no imperativamente, que leyéramos “La Rueda de la Vida” de Elisabeth Kubler-Ross.
La verdad es que en ese entonces, a mi lo único que me interesaba saber sobre dicha autora era su teoría sobre el duelo, aprenderme las cinco fases de memoria, y hasta ahí. Poco podía atraerme la idea de leer un libro sobre su vida, su experiencia, y el cómo es que se desarrolló hasta ser famosa como “la señora de la muerte”. Sólo por que en verdad, le tengo mucho respeto a mi adorada maestra Elvia, intenté leerlo varias veces, pero no pasaba de las primeras páginas. Si no me equivoco fueron tres ocasiones en las que a la página 6 del libro ya me daba por vencida. Recuerdo que pensaba “a mi que me importan las aventuras de una trilliza sueca”.
Pues hace poco menos de un mes, por “casualidad” –esto lo digo en un tono irónico, el primer capítulo de La Rueda de la Vida se llama La casualidad no existe- este maravilloso ejemplar cayó en mis manos otra vez, y ahora si, varios años después de mi último desdén hacia él, me dispuse a intentarlo de nuevo. Para mi sorpresa, el libro no se trata de las aventuras de una trilliza sueca –bueno, tal vez en cierto modo muy superficial si- si no de la vida de una mujer increíble que siempre llegó a las últimas consecuencias para descubrir el significado de la muerte, si, pero más aun de la vida inmersa sin querer en una polémica tanto médica como teológica.
No es un libro de autoayuda –dios me libre de leer uno- ni es una obra científica. Es, lo que tanto me gusta, el lado humano de la teoría de Elisabeth Kubler-Ross. La experiencia, el contexto, lo que la hizo llegar a pensar que todos los seres humanos pasamos por cinco fases ante la pérdida: la ira, la negación, la negociación, la depresión y la aceptación.
Se trata de una mujer que sufre incontables pérdidas en su vida, incluyendo abortos espóntaneos, mascotas, su vivienda y todas sus pertenencias en un atroz incendio, su esposo y su independencia personal en los últimos años de su vida que es cuando escribe el libro, mientras requiere asistencia médica y de enfermería las venticuatro horas del día en su hogar.
Creo que, como he apuntado más arriba, la casualidad al final de todo no existe. Y no fue casualidad que no lo hubiera podido leer antes, es que todo pasa en el momento preciso. Y es ahora, cuando tengo mucha más experiencia con la muerte cuando logro aprehender este libro de una forma extraordinaria, como no lo hubiera podido hacer años atrás.
Mientras lo leía recordé todas esas veces en las que he estado cerca de un moribundo. Cierro los ojos y vuelvo a mirar todo ese contexto frío y desolado que ofrece el hospital para morir. Hay un paciente, en especial, un hombre maduro, de la cuarta década agonizando por tubérculosis pulmonar en un “aislado”. Liz, Vasti y yo estábamos practicando en ese piso, así que inmediatamente se nos asignan las actividades del “aislado”. Ya saben, lo que por lo general el personal de enfermería no quiere hacer, o se rehúsa a hacer “por miedo a contagiarse” o más bien, por ignorancia acerca de la tuberculosis. Ese día entramos las tres juntas para curarle la herida donde alguna vez hubo un catéter central, lo bañamos, le cambiamos las sábanas, le quitamos su riñonera sucia llena de secreciones de sabe dios cuantos días atrás y le pusimos una nueva para que pudiera escupir sin sentir ese hedor. Más tarde bajamos a comer algo, y cuando volvimos una enfermera nos mira de reojo y en un tono inquisitivo cómo diciendo “¿Porque han tardado tanto?” nos lanza la pregunta “¿Quién va a ayudar a amortajar al paciente del aislado?”. Nos miramos las tres, y rápidamente respondí que yo lo haría, no porque no estuviera en shock al igual que mis compañeras, si no porque mi ego suele jugarme malas pasadas y me creí la menos sorprendida de las tres. Terminamos acudiendo todas mientras nos lamentábamos por el hecho de que hubiera muerto solo, como un perro. Vasti mencionó “se alegró cuando me vio entrar por segunda vez esta tarde, creo que lo tenían muy abandonado, se debe haber sentido muy triste de estar tanto tiempo solo”. –¿Y por qué será que su familia no viene?- Preguntábamos Liz y yo imprudentemente mientras le atiborrábamos de algodón todos los orificios del cuerpo. No podía evitar sentir mi corazón algo estrujado. Las condiciones en las que ha muerto ese ser humano no son en absoluto dignas, ni para un criminal, ni para el peor de los seres de esta tierra, ni para un animal por mas rastrero que fuera. Mi me mente se asaltaba con preguntas que trataba inútilmente de responder con argumentos sin sentido tratando de justificar el abandono de su familia, aunque en realidad eso no me incumbía, lo que si me incumbía –y me incumbe aún- era el abandono del personal de enfermería. ¿Cómo es posible que tengan el descaro de inventar signos vitales con tal de no entrar ni siquiera a darle la cara al pobre hombre? ¿Qué tengan el coraje necesario para ignorar que se encuentra sucio, sediento, hambriento, solo…? ¿Cómo es posible que el comentario más recurrente ante su situación sea siempre “ojalá que no muera durante el cambio de turno”? Eso sí que me incumbe. Y no sólo a mí, a todos, enfermeros o no, porque no sabemos qué vueltas dará la vida y cómo nos tratará el personal que nos atienda.
Después de muchas llamadas, la trabajadora social regresó al piso y dijo que por fin entendía el por qué su esposa había dejado de visitarlo. Se había ingresado en el Hospital Psiquiátrico. No pudo con la presión de las deudas de su esposo y con la manutención de sus dos hijos pequeños sola y había intentado suicidarse. Sus hijos estaban al cuidado de un pariente, y no había nadie que pudiera recoger el cuerpo, al menos no pronto. Se lo llevaron a la morgue y de ahí no volví a saber nada más de él. Mi curiosidad sobre su estatus familiar se despejó, pero aun quedaron todas las otras interrogantes sobre la insensibilidad con la que atendemos a nuestros moribundos en el hospital, cómo si de esa forma, evitándolos, dejáramos de percibir que mueren, y lográramos alejar la muerte del pabellón cuando menos ante nuestros ojos y nuestra alma.
Ese día me di cuenta de lo poderosa que puede ser nuestra profesión cuando la entendemos y la tomamos enserio. Y de lo nocivos que podemos ser, aun por omisión, cuando no tomamos conciencia de lo que en verdad está en nuestras manos. Enfermería no es solo curar. También es acompañar a morir, y velar por una muerte digna. ¿Pero cómo es posible ofrecer lo que no se tiene? En el morir no está lo malo, si no en el vivir indignamente. Pero si seguimos cobijados en el paradigma médico-biologicista y seguimos concibiendo a la muerte como un "fracaso" cómo si fuéramos pequeños dioses que controlan el ir y venir de las personas por este mundo, si insistimos en negar que el final es parte de la naturaleza humana, si no dejamos de temer a la muerte y comenzamos a entender la vida... ¿qué es lo que podemos ofrecer al moribundo?
En las últimas páginas del libro, “la señora de la muerte” hace un recuento sobre lo que ha aprendido de la vida, lo cual básicamente se resume en que lo que todo ser humano viene a hacer al mundo es a crecer, y a aprender a amar, y la lección del amor incondicional es la más difícil de aprender: “Cada día hay una persona más que clama pidiendo comprensión y compasión. Escuche sus llamadas, oígalas cómo si fueran una hermosa música. Le aseguro que las mayores satisfacciones en la vida provienen de abrir el corazón a las personas necesitadas. La mayor felicidad consiste en ayudar a los demás”.




Julio, José Luis y yo con nuestra querida Maestra Elvia, 2009

enero 08, 2011

Una pequeña mirada hacia el sentir del paciente del ambiente rural



La enfermería es una rama específica del areá de la salud que puede definirse como una disciplina cuya función principal es brindar cuidados a individuos, familia y comunidad.

La enfermería tiene un cuerpo de conocimientos propios que sustentan una serie de acciones. También hay que tener actitudes como saber ser y saber estar a la hora de llevar a cabo esas intervenciones que día a día se van estandarizando en todo el mundo, todo esto con el fin de otorgar una atención holística al paciente sea aqui en México como en cualquier parte del mundo.


Bajo esta mirada puedo inferir que al tratar pacientes de cualquier tipo de etnia, cultura, nivel económico, clase social o nivel de conocmientos se debe hacer de manera empática y sin generar sea especulaciones o discriminaciones que demeriten la persona del paciente que se atiende.


Dentro de mi que hacer profesional he estado en contacto con todo tipo de personas, las cuales se tratan de manera igual, pero en ocasiones es dificil el poder entender el sentir de alguna de ellas que se encuentre lejos de todo el contexto clínico, hablando expecíficamente de un paciente rural (utilizo este término para no establecer el nombre de "indígena") el cual acude a nosotros con el fin de buscar remedio médico, aun así desligandose en ocasiones de sus prácticas culturales, sean remedios caseros u otras formas de curación misma de su cosmovisión.


Se entiende que expresan temor en su mirada, en sus palabras, en su comportamiento, mismo que si somos observadores identificaremos de forma inmediata, quizás no lo mencionen pero si se encuentra inmerso en sus actitudes, por lo cual tratemos de promover un ambiente de confianza de primera instancia, ya que nos permitirá desplazarnos conjuntamente e integrar junto con ellos la mejor forma de atención en salud.


Por lo tanto al tratar al paciente rural debemos atender su persona sin demeritar sus creencias, cultura, lenguaje e incluso su apariencia física; el tratarlos con empatía hace mejorar el ambiente terapeútico y por lo tanto se logra establecer la confianza para/con ellos, la cual es necesaria para poder desplegar toda la atención de enfermería hacia la búsqueda de su pronta recuperación.


Somos cuidadores de la salud por lo tanto fortalezcamos nuestras acciones día con día y mantengamos el nombre de nuestra profesión "ENFERMERÍA" en lo más alto posible dentro del área de la salud.
.
David Peraza (2011)

enero 07, 2011

Buenas Nuevas


Pues hoy consultando el Inbox me he encontrado con varias noticias favorables, -y es que yo venía con ánimos de escribir cosas algo retorcidas pero aparentemente se me han esfumado-.
En primera, nos ha contactado el Col·legi Oficial d'Infermeria de Barcelona para proponernos la publicación de información sobre sus jornadas, convocatoria de premios, programas de formación y demás, a lo que por supuesto hemos asentido orgullosos.

A sí mismo encontré en mi bandeja de entrada, un e- mail de la ALADEFE 11th Iberoamerican Conference on Nursing Education, en el cual también se nos ha solicitado difundir su información. De cualquier modo pueden dar click aqui para ir a la página oficial en español, pero hemos decidido resumir de que se trata para darles una idea.
Resulta que estamos hablando de un encuentro enfermero científico entre Latinoamérica y Europa, en un simposio de investigación sobre educación en enfermería el cual se llevará acabo del 18 al 24 de septiembre de 2011 en Coimbra, Portugal, en tres lenguas oficiales (inglés, español y portugués).
Esta reunión es organizada por la Asociación Latinoamericana de Escuelas y Facultades de Enfermería (ALADEFE), por la Escuela Superior de Enfermería de Coimbra y por la Unidad de Investigación en Ciencias de la Salud – Enfermería
"La presentación de la investigación, de las experiencias pedagógicas y de otros estudios enriquecerá la XI Conferencia y permitirá mejorar la Educación en Enfermería en el mundo.. Hacemos un llamamiento a todos los profesores, investigadores, enfermeros y otros profesionales de disciplinas afines a que sometan sus resúmenes"
La fecha límite para enviar sus trabajos es el 31/03/2011 a las 24h, y pueden pedir más información sobre los abstacts -o resúmenes- en abstracts@aladefe2011.com.