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junio 06, 2012

Dando las malas noticias. ¿Estás preparado?






Desde que estamos en formación de pregrado oímos ese dúo de palabras que se acompañan bien y que incluso en muchos casos nosotros mismos hemos empleado en alguna nota de enfermería cómo parte de las intervenciones independientes. Sin embargo ¿cuántos de nosotros sabe qué decir cuando se presenta la ocasión en la que es necesario hacer sentir al paciente y/o familiar acompañado emocionalmente? entendido, escuchado, consolado...
Este tema me vino a la mente hoy desde que entré a mi servicio de los martes. El cunero patológico. Me dieron los buenos días con la noticia de que un bebé había muerto durante la madrugada (un gemelo de 600gr y 26 SDG). Un instante silencioso secundó a la noticia mientras todas -me atrevo a decir que  todas- las presentes meditamos un instante en aquel hecho que aunque era de esperarse, siempre te golpea por la espalda y se siente como un valde de agua fría. Al menos para mi lo fue. Me hizo cuestionarme si de verdad podría ser pediatra, y manejar esos hechos a nivel emocional de una forma profesional sin que me afectara. Aun lo sigo reflexionando, y me sigo preguntando cómo hacerlo sin caer en la rutina de la insensibilidad que suele acompañar a las muertes en el hospital.
En fin, la mañana transcurría y otra terrible sospecha se confirmó. Aquella pequeña de 36 SDG, de la hasta ese momento desconocíamos su nombre y apodamos cariñosamente "la traviesa" no sólo tiene síndrome de Down, si no también tiene obstrucción intestinal y era necesario obtener de manera urgente el consentimiento de la madre para operarla.
Cuando la madre de "la traviesa" se presentó en su horario habitual de visita, como cualquier día de los anteriores sin sospechar siquiera que algo estaba mal por que nadie le había hecho ningun comentario sobre la verdadera situación de su bebé. El cirujano ya se encontraba ahi esperándola y habiendo asumido que la pediatra ya le había informado a la madre la condición de la niña, se adelantó diciendo exactamente la frase que escribo a continuación:

"Señora, necesitamos su permiso para operar a su hija. Usted sabe, los niños que vienen con síndrome de Down suelen tener complicaciones como ésta, sus intestinos no están bien y necesita cirugía urgentemente"

La señora rompió en llanto por que apenas y pudo retener las palabras "síndrome de Down" "cirugía" "su hija".... el cirujano se vio confundido y me miró... creo que entendió con la mirada de dragón enfurecido que le lancé que la señora no tenía idea de nada... solo bajó la cabeza y le dijo, "Pensé que ya estaba informada, ahora le aviso a la pediatra para que le explique" y con esa frialdad que los caracteriza, se dio la media vuelta y abandonó el lugar. Yo también estaba petrificada. No sabía que era correcto decir. Estaba congelada mirandola llorar y tratando de imaginar cómo podría sentirse esa pobre mujer... Le di un pañuelo, le dije que todo estaría bien, y le di mi mano. Se que eso fue mediocre e insuficiente, pero la verdad, es que no tenía idea de que hacer o que decir. Minutos después llegó la pediatra, y ella platicó con la señora en un tono un poco mas reconfortante.
Después una compañera de las que van mucho a la iglesia, se acercó a la señora y le habló de unas oraciones o algo asi, pero nada podía hacer que aminorara un poco su llanto.

Toda esta situación me dejó pensando en cómo hacer para estar más preparados a la hora de dar malas noticias, a la hora de apoyar al familiar o al paciente, por que  la empatía por si misma no es suficiente si no está acompañada de alguna acción positiva.

¿Ustedes que piensan?