"ENFERMERÍA CENTRADA EN LA ENFERMERA” VS “ENFEMERÍA CENTRADA EN EL PACIENTE”. UNA APROXIMACIÓN AL MODELO BASADO EN LOS SIGNIFICADOS DEL PACIENTE

mayo 23, 2010 1 respuestas humanas

Basado en la ponencia de Clara Valverde, enfermera/formadora en el IV Congreso Nacional de Enfermería Sociosanitaria, Mayo 2008



Enfermería no es solamente una profesión de hacer, solucionar o arreglar. También es una profesión de estar, observarse a una misma y al otro, reflexionar, pensar, acompañar, conectarse. No es una cuestión de tiempo.
Es una cuestión de en el mismo tiempo, pensar y verse de otra manera, pensar y ver al paciente de otra manera.




En enfermería trabajamos con seres humanos y con los temas que eso conlleva: sufrimiento, significados, contradicciones y paradojas. Pero debido al enfoque economicista del sistema sanitario, a las condiciones de trabajo de los profesionales de enfermería y a la falta de formación de éstos en lo relacional y en la narrativa, en estos momentos tiende a existir una "enfermería centrada en el profesional de enfermería". En este tipo de enfermería se ha creado una situación un tanto complicada y absurda, en la cual los cuidados están centrados en lo que hacen y en lo que necesitan los profesionales de enfermería y los médicos. La enfermedad, sus interpretaciones y sus significados, están vistos desde el punto de vista de los profesionales y no desde los que viven esa experiencia en sus vidas. Frases y pensamientos por parte de enfermería que ponen en evidencia esta "enfermería basada en el profesional de enfermería" incluyen: "El paciente me da trabajo", "El buen paciente/el mal paciente", "Si el paciente no me respeta, yo no le voy a mostrar empatía", "Es un pesado, hiperfrecuentador, etc", "Lo que usted tiene que hacer es...".
Esta tendencia de la "enfermería centrada en el profesional de enfermería" difícilmente puede cambiar con los modelos existentes. Hay, en estos momentos, una serie de modelos de enfermería disponibles que son muy interesantes, pero el problema es que, aunque son útiles para recordar tareas, no son realmente ontologías (teorías del ser). Estos modelos aportan algunos aspectos interesantes (las "Necesidades" de Virginia Henderson, y los de Orem y Abdallah; la "Interacción" de Peplau, de Orlando, y de King; los "Efectos Deseables" de Callista Roy, de Johnson, y de Neuman; el "Ser Unitario" de Rogers, de Parse y de Newman; el "Caring" de Jean Watson, y de Madeleine Leininger) pero no son lo más útil para abordar la presentación del sufrimiento humano que "el Otro" evoca en sus múltiples formas.




Estos modelos muestran los aspectos incompletos del enfermo (aspectos llamados "necesidades", "fases", "falta de voluntad" o "efectos deseables") pero no su poder. Y una persona enferma o discapacitada es una persona completa, con una narrativa intacta, si las condiciones en la relación terapéutica le dan el espacio generoso y empático para que pueda organizarse de una manera narrativa.

Necesitamos cuestionar los modelos existentes. Necesitamos cuestionar la jerarquía de significados que estos modelos imponen, en los cuales la incertidumbre del paciente, la incertidumbre del profesional de enfermería, y toda incertidumbre que está en el centro de la experiencia humana, no se tienen en cuenta, y de esa manera las posibilidades existenciales se pierden.
Hay una gran necesidad, en estos momentos, de que el pensamiento enfermero reconozca las limitaciones que impone sobre nuestra imaginación la enfermería basada en la "evidencia", no porque estemos en contra de la ciencia, sino porque en el modelo actual cartesiano de dualidad cuerpo-mente no nos hacemos las grandes preguntas sobre lo que es ser un ser humano y cuál es su experiencia de la enfermedad. El proceso de la enfermedad no es, en realidad, la interpretación mecanicista de lo que ocurre en el cuerpo. Es un país, una cultura en sí, es la experiencia que tiene el paciente de la interacción entre los diferentes sistemas y los procesos de su cuerpo y de cómo la enfermedad afecta sus significados, su narrativa, sus acciones y sus interacciones con otros, incluido el profesional de enfermería.

En los modelos de enfermería existentes no hay espacio para el que vive la enfermedad con todos sus significados personales y culturales, ni los profesionales de enfermería están formados en cómo pensar desde una perspectiva compleja. Hasta ahora, el sistema sanitario ha fomentado un pensamiento simplista, con la falsa promesa, entre otras, de tener control, pretendiendo que se puede evitar la incertidumbre y el desorden que, sin embargo, son necesarios para crear, con el paciente, un mapa de la enfermedad que no sea sólo en dos dimensiones.

La Comunicación Terapéutica (Relación de Ayuda, Counselling), no es “hacer” algo al paciente, es una manera de pensar y de ver del profesional de enfermería.
Ante las preguntas que se hace el enfermero: “¿qué digo?, ¿qué hago”, la respuesta es cambiar esas preguntas por: “¿cómo veo al paciente?” “¿cómo veo esta situación?” “¿estoy pensando de una manera social o terapéutica?”
Es necesario pensar terapéuticamente para conseguir lo “mínimo” que es el gran objetivo de enfermería: transmitir al paciente que oímos su sufrimiento, que nos importa, que no está sólo.


El MODELO BASADO EN LOS SIGNIFICADOS DEL PACIENTE de Clara Valverde se resume en:

1. Pensar de una manera terapéutica
2.Ver la narrativa del paciente como el material clave
3. Averiguar, escuchar y oír los significados del paciente.

Entre sus referencias claves se encuentran Levinas, Heidegger, Ricoeur, Patricia Benner, Gadamer, Derrida, entre otros.

PENSAR DE UNA MANERA TERAPÉUTICA
Se trata de saber diferenciar y reconocer (en nuestros cuerpos y mentes) entre el pensamiento social y el terapéutico, saber reconocer cuando proyectamos, y reconocer la intensidad (en nuestra voz, en nuestro cuerpo) que indica que estamos pensando socialmente (juzgando, etiquetando y rechazando al paciente o intentado “salvarle”, reconocer cuando nos estamos poniendo en el centro de la relación con pensamientos sociales como: “no confía en mí” “se enfada comigo” y analizar y repensar la situación:- “estoy trabajando en una relación terapéutica”- “¿cómo veo al paciente y su situación?”- “¿por qué juzgo su manera de expresar su malestar?”- “¿qué me pasa a mí para estar alterada?”

LA NARRATIVA DEL PACIENTE COMO EL TERRITORIO COMÚN.
Para adaptarse al cambio, el paciente necesita contar su historia una y otra vez. Si escuchamos con empatía, aunque sea unos segundos, facilitamos la construcción de la narrativa del paciente que le ayudará a dar sentido y valor a su experiencia
¿CÓMO ESCUCHAR?
Sentarse, aunque sea 60 segundosb. Abandonar la “lucha de narrativas”. La narrativa del paciente es la que contiene el material necesariod. Lo que dice y cómo lo dicee. No es una cuestión de tiempo: una frase dice todo
¿QUÉ ESCUCHAMOS?
Escuchamos su experiencia de la enfermedad. Escuchamos y somos testigos empáticos de quién es él o ella ahora con esta situación y cómo va cambiando su auto-definición. Escuchamos cómo le afecta la enfermedad a su auto-definición, relaciones, emociones, realidades, qué opina de lo que le ofrece el sistema sanitario: diagnóstico, tratamientos, cuidados
¿PARA QUÉ?
Para crear una relación terapéutica realmente ética, para que el paciente sea dueño de su proceso, para que el paciente encuentre un nuevo sentido a su vida con la enfermedad y para que se pueda adaptar, para que el paciente pueda pedir lo que necesita de nosotros, y sobre todo, para que nosotros nos podamos sentir más tranquilos y orgullosos con nuestro trabajo.


En resumen; para llevar a cabo una “Enfermería basada en los significados del paciente” es necesario creer al paciente: su verdad, sus significados; y también creer en nosotras: creer que unos segundos de conectar con el paciente, le ayuda.

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