Apróximadamente, muere una mujer cada minuto. Desigualdad de género y Muerte materna.

mayo 17, 2010 3 respuestas humanas

Al comienzo del tercer milenio, alrededor de uno de cada diez mexicanos es indígena. Ésta es la población que se encuentra en las peores condiciones de pobreza y marginación del país, con los mayores rezagos en materia de educación, salud y acceso a los servicios. En las zonas indígenas gran parte de las muertes de adultos y niños se deben a enfermedades prevenibles y se asocian a con altos índices de desnutrición. Si tomamos uno de los principales indicadores de las condiciones de salud reproductiva – las muertes maternas- resulta que las mujeres indígenas tienen tasas tres veces más altas – en algunos casos más- que la tasa nacional. Este panorama de carencias tan agravantes no solo no se resuelve sino que incluso tiende a agravarse en la medida en que se profundiza el deterioro de las condiciones de vida en el campo. Pero a pesar de que son condiciones que deberían recibir atención prioritaria, es extraordinaria la falta de información sobre ellas. Todo esto en un contexto en el que los esfuerzos públicos están dirigidos a que sean las mujeres las responsables de prevenir embarazos no deseados, las infecciones de transmisión sexual (ITS), el VIH-SIDA y hasta la violencia doméstica, lo cual, en primera instancia parece ser correcto, porque responsabiliza a las mujeres como sujetos capaces de decidir sobre su cuerpo, su salud y su sexualidad, pero al mismo tiempo diluye la responsabilidad de los hombres en todos estos hechos.
Así, la mortalidad materna es más prevalente entre las mujeres pobres y menos educadas - cómo es de esperarse- Más de 90% de defunciones maternas anuales ocurren en los países en desarrollo y es la principal causa de muerte en mujeres en edad reproductiva (15-49 años de edad) en estos países -incluido México-. Las mujeres pobres tienen acceso limitado a atención médica e información apropiada, y aún más, las largas distancias hacia los establecimientos de salud y la falta de recursos limitan su búsqueda de servicios y el ejercicio de su derecho a la atención de salud reproductiva (SR)
El acceso a y el uso de los servicios de SR- como anticoncepción y atención en el parto por personal de salud calificado constituyen determinantes fundamentales de la mortalidad materna e infantil. Las mujeres enfrentan obstáculos en el uso de anticonceptivos, en buscar consejería sobre planificación familiar, o en decidir cuántos, cuando, y el espaciamiento de niños, debido al control de sus esposos, parejas, familia, y sociedad. Además, hablar de sexualidad y temas de salud reproductiva sigue siendo tabú en muchas sociedades y, debido a ello, las mujeres y las niñas no se apropian de su identidad fisiológica.

La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son el fundamento para lograr que las madres y niños gocen de salud. La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en salud significa que las mujeres y los hombres tienen la misma capacidad de ejercer su derecho a la salud y desarrollar su potencial para estar sanos, contribuir a y tener control de su desarrollo saludable, beneficiarse de los adelantos médicos y tecnológicos que benefician su salud, tomar decisiones sobre sus necesidades y atención de salud, y participar en la toma de decisiones que afecta su salud y la de sus hijos. Sin embargo, en un medio en el que no contamos aun con estrategias eficaces para abordar las normas sociales y estereotipos persistentes de género, para educar tanto a las mujeres como a los hombres sobre sus derechos a la salud, y sin políticas que faciliten el empoderamiento de las mujeres para ejercer estos derechos, la mortalidad materna seguirá contribuyendo a la muerte de aproximadamente una mujer cada minuto en el mundo.


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